El Omega 6 no es tan conocido como el Omega 3, ni goza del raiting de éste, pero tiene un sin fin de cualidades que nuestro cuerpo y salud nos agradecerán si lo incluimos en nuestra dieta diaria.

El Omega 6 es un ácido graso poliinsaturado, estos ácidos grasos esenciales no son producidos por nuestro cuerpo y es importantísimo para el buen funcionamiento del organismo que lo consumamos a través de alimentos de origen vegetal y/o animal.

Como revisamos en nuestro post el 1, 2, 3 del Omega 3, los ácidos grasos son grasas saludables que cumplen ciertas funciones benéficas en nuestro organismo.

Existen diferentes tipos de Omega 6, entre los que se pueden mencionar el ácido linoléico, ácido alfa linolénico y ácido araquidónico.

¡¡Abre tu alacena y tu refri, seguro que ahí está!!

El Omega 6 aporta energía para los músculos, corazón y otros órganos. También interviene en la formación de la membrana celular, tienden a disminuir el nivel de colesterol en la sangre y reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. Éstas son sólo algunas de sus propiedades, aquí varias más:

 Estimula el funcionamiento neuronal 

 Fortalece el sistema inmunológico 

 Desarrollo de la retina y buena visión

Formación de hormonas

Prevención en la caída del cabello

Propiedades antiinflamatorias

Cuidado en síndromes premenstruales

  Ideal contra la impotencia sexual

 Combate la depresión

 Reduce el riesgo de cáncer

Un exceso de Omega 6 resta beneficios al Omega 3, para un correcto funcionamiento del organismo debe de haber una proporción adecuada entre el consumo de ambos.

En una dieta saludable la proporción de ácidos Omega 6 deber ser aproximadamente dos a cuatro veces mayor que la de Omega 3. El consumo del Omega 6 en forma excesiva, produce inflamación y puede contribuir al desarrollo de ciertas enfermedades.

En general y como todos los alimentos, es necesario tener un equilibrio en el consumo y combinarlos adecuadamente para gozar del bienestar que proporcionan a nuestra salud.

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